Me despidieron: ¿qué hago? Te llamó el gerente y te dijo que en la empresa todos eran tus amigos. Que esto no tenía que ver contigo, sino con situaciones internas de la empresa. Pero ya está. No sigues. Y mientras recoges las cosas de tu escritorio, la cabeza se te nubla de dudas y no sabes cómo seguir adelante. Es un trago amargo, pero créenos: no es el fin del mundo. No te atores: Sí, duele y mucho. Es un golpe a tu autoestima. Así que puedes reunirte con tus amigos y tomar un trago y contarles cómo te sientes. Pero con un compromiso: vive el duelo y da vuelta la página. Ya pasó, déjalo atrás y concentra tus energías en lo que viene, que puede traerte muchos más beneficios de los que tenías hasta ahora. Conserva tus buenos modales: Aunque sea tentador, no aproveches ese día para decirle a tu jefe “todas las verdades” que te aguantaste estos años. La vida da muchas vueltas y puede ser que te tomen en cuenta para otro trabajo en la misma empresa. No olvides tampoco que pueden solicitar referencias de ti y tu ex superior directo es siempre una buena alternativa. Recuerda siempre "dejar las puertas abiertas". No lo tomes personalmente: Una empresa puede tener muchas razones para eliminar a un cargo o sacar a una persona. Y es probable que muchas de esas razones no tengan que ver contigo o tu desempeño. Así que no te derrumbes ni inicies cuestionamientos inútiles. Si cometiste un error, considera que es un aprendizaje. Pero ten en consideración a tus virtudes. Por algo te habían contratado, ¿no?. Ocúpate: Mientras buscas trabajo, aprovecha los tiempos muertos para arreglar esa ventana que tienes pendiente desde hace tiempo o finalmente dedicarle las horas que merece tu jardín. Puedes también disfrutar un poco a tu familia y sorprenderlos con tus habilidades en la cocina. En otras palabras, no te dediques todo el día a pensar y darle vueltas a lo mismo, pues sólo así podrás refrescar tus ideas y transformarte otra vez en un potencial y apetecido trabajador. Pon las cosas en perspectiva: La generación de nuestros abuelos comenzaba a trabajar en una empresa alrededor de los veinte años y permanecía en la misma compañía hasta que jubilaban. Pero hoy, el mercado del trabajo es mucho más dinámico y lo más probable es que durante tu vida, pases por muchas empresas. Así que no te eches a morir. Este es sólo el fin de una etapa en tu carrera laboral. Pero la siguiente puede ser mejor, muchísimo mejor. Nunca sabes qué te guarda la vida. Oportunidad: Aunque sea un lugar común, no por eso deja de ser menos cierto: “las crisis son oportunidades”. Y ésta puede ser una inmejorable oportunidad para conseguir un mejor puesto, en una mejor compañía y con un mejor sueldo. ¡Aprovéchala! Sé proactivo: Tampoco te quedes en casa esperando a que te ofrezcan tu trabajo soñado. Debes sudar un poco, ¿no lo crees? Aprovecha el potencial que te ofrece Internet para encontrar trabajo. Apela a las redes que has construido. Aprovecha los buscadores de empleo online. Puedes tener un futuro brillante a la vuelta de la esquina, pero debes hacer un esfuerzo para alcanzarlo. |
miércoles, 7 de septiembre de 2011
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